10. Organiza tu tiempo


Ahora que ya sabemos cuáles son nuestras prioridades vitales, es cuestión de encontrar tiempo para las mismas. Hay una explicación muy conocida que lo explica de forma muy gráfica:

Un profesor cogió un bote grande de vidrio y procedió a llenarlo con piedras del tamaño de pelotas de golf.
Preguntó si el bote estaba lleno.  La clase estuvo de acuerdo en decir que sí.
El profesor cogió una caja llena de piedras del tamaño de perdigones y la vació dentro del bote. Estas llenaron los espacios vacíos.
El profesor preguntó de nuevo si el bote estaba lleno, y volvieron a contestar que sí.
Después cogió una caja con arena y la vació dentro del bote. Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor volvió a preguntar  si el bote estaba lleno. En esta ocasión le respondieron con un sí unánime.
El profesor, rápidamente añadió dos cafés al contenido del bote y efectivamente, el líquido llenó todos los espacios vacíos entre la arena.
– Quiero que os fijéis que este bote representa la vida. Las piedras grandes son las cosas importantes como la familia, la salud, la amistad, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedase éstas, vuestras vidas aún estarían llenas. Las piedras más pequeñas son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche… La arena es el resto de las pequeñas cosas.
– Si primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para las piedras pequeñas ni para las grandes. Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes.
Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua. Ocúpate primero de las piedras grandes, de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades, el resto solo es arena.
Uno de los estudiantes levantó la mano y le preguntó qué representaban los cafés. El profesor sonrío y le dijo:
-¡Me encanta que me hagas esta pregunta! Es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay lugar para un café con una amiga.

Esta es la primera cuestión que tenemos que tener en cuenta:
¿En qué queremos gastar el tiempo?

La mejor herramienta: la eficacia



A su vez, tenemos que ser realistas y sinceras con nosotras mismas respecto dónde invierto las horas.
Cuando llegaba la época de exámenes durante la carrera, subía a la facultad a las 8 de la mañana. Muchos días comía allí. Llegaba a casa a las 8, pensando que había estudiado ¡¡12 horas!! Pero un día, en un acto de reflexión conmigo conté las horas "de verdad", las que estaba sentada, concentrada... casi no llegaba a las 2 horas. Estaba 12 horas, que en mi agenda contabilizaban como estudio y no lo eran ni de lejos. Intenté ser más eficaz. Por eso muchas veces creemos que rendimos mejor los últimos días, porque estamos enfocándonos seriamente. Es preciso descubrir qué te roba tiempo... ¿el móvil? ¿los desplazamientos? ¿las tareas de la casa? Es muy complicado cambiar hábitos, pero el primer paso siempre es reconocer cuál es el problema.

El resto, ya es cuestión de seguir estrategias que te sirvan, pero siempre atendiendo a lo que realmente importa y siendo realista con cómo manejas el tiempo.


Organízate con un planificador tan chulo como éste de Pedrita Parker



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