Si la realidad no encaja en mis esquemas... cambio la realidad



Historia real



Para que entendáis la historia tenéis que saber que mi madre es una máquina. En un ring, mi madre vapulea al mayordomo de Tenn, a la Roomba y al que ahora se llama Don Limpio sin pestañear. Es como un huracán pero al revés, va dejando orden y limpieza por donde pasa.
Este verano, mientras estaba de vacaciones en su casa, me fui un par de días a ver a mi abuelo. Yo le había traído unos pantalones que aún estaban en mi maleta, convenientemente tirada en el suelo de mi cuarto. 

Teléfono

- Hija, ¿dónde están los pantalones?
- En mi maleta mamá.
- Voy a cogerlos, ¿vale?- (es su casa, sus pantalones y la maleta que ella me compró, pero es una mujer muy prudente)- ¿Necesitas que te lave algo?
- No mamá, traigo todo limpio- Evidentemente.
- ¿Seguro? Mira que tengo que poner una lavadora de oscuro y así aprovechas porque ya sabes que tu lavadora no es muy buena y encima allí con la humedad que no se te termina de secar nada y eso al final huele que parece que no lo has lavado en tu vida, porque la ropa- y una larga retahíla sobre detergente, bacterias y lavadoras que no vienen al caso.

Al volver, de forma inconsciente, creí que mi madre, al haber visto la maleta aún sin deshacer en el suelo, la habría recogido. Al día siguiente le pregunté que dónde la había metido. 

- Está donde la dejaste, yo no la he tocado.

Volví a mi cuarto, incrédula, y allí estaba:
No había visto la maleta. No vi una maleta roja en medio de mi cuarto de tamaño normal.

Este hecho, además de confirmar mi despiste extremo, me hizo recordar hasta qué punto nuestras creencias previas pueden modelar la percepción de la realidad.

Percepción arriba- abajo

Pensamos que todo aquello que percibimos lo hacemos basándonos en hechos objetivos que, al pasar por nuestros sentidos, llega a nuestro cerebro, pero, según los estudios realizados sobre el tema, se ha descubierto que los esquemas, la memoria, la atención, la información previa, las expectativas... influyen en la interpretación de lo que vemos, oímos o sentimos, de forma que, la realidad es tamizada por todo nuestro sistema cognitivo.
Esta forma de actuar es adaptativa: imagina que cada elemento que percibimos tuviésemos que interpretarlo por separado y cada vez, sería una locura y no tendríamos tiempo ni capacidad para hacer otra cosa. Pero (siempre hay un pero), se convierte en un hándicap cuando partimos de la base que nuestra realidad es la única objetiva y por lo tanto, la única verdadera. 


¿Y tú de qué color ves este vestido?
La imagen de este vestido se hizo viral debido a que había gente que lo percibía como azul y negro y otras personas, en cambio, como blanco y dorado. Entender que un estímulo, aparentemente objetivo, puede ser percibido de dos maneras, válidas ambas, es un paso pequeño pero apasionante hacia la comprensión de cómo construimos la realidad. 
Sabiendo que la realidad es una construcción mental (apoyada, evidentemente, por hechos) deberíamos ser capaces de intentar mirarla con ojos nuevos. Aprender, de alguna forma, a percibirla de manera beneficiosa. Ser flexible, tener curiosidad por cosas nuevas, escuchar otros puntos de vista puede enriquecernos psicológicamente. Las mentes rígidas tienen más problemas, ya no sólo sociales, sino personales, pues moldean la realidad según sus esquemas, sin permitirse ápice de movimiento.

Todo el mundo nos hemos visto en situaciones en las que a pesar de las evidencias, hemos seguido manteniendo nuestro pensamiento, retorciendo, transformando y ajustando los hechos a la medida de nuestra "realidad". Como en cierta ocasión le ocurrió al profesor Osborn en su laboratorio, en el que un ayudante, incrédulo ante los resultados de un experimento, le dijo al investigador:


- No se preocupe, continuaré repitiendo el experimento hasta obtener el resultado correcto.

(La historia completa aquí)



Éste tampoco veía su maleta roja.

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