2.- Acepta la Realidad


Aceptar

No hay nada más difícil que ser sincera con una misma... Somos capaces de engañarnos hasta el infinito para no tener que aceptar algunas realidades. Este proceso es absolutamente necesario y, según han demostrado tratamientos eficaces, lo mejor para comenzar el cambio.
Imagina que has estado en 4 empresas diferentes y en todas te has llevado mal con tus compañeras. Puede ser que seas la persona con más mala suerte del mundo, pero probablemente no. A lo mejor es que tienes mal carácter, eres muy altiva o demasiado tímida... Establecernos como víctimas de lo que nos ocurre no nos beneficia en nada ya que sólo somos el producto de las circunstancias. En cambio, si somos capaces de revisarnos y decir "Bueno, a lo mejor soy un poco gilipollas" podemos decidir si queremos aprender a dejar de serlo o no.

Esto es muy difícil hacerlo pues nuestra autoimagen se ve comprometida pero, peeeero, es mejor ponerse una vez la cara colorá que ciento amarilla.

Aceptar no es resignarse. Aceptar es mirar, ser realista, conocer desde dónde partimos.

Hay un ejemplo muy gráfico para entender este punto:

Quiero adelgazar. Para adelgazar, tenemos que aceptar el hecho de que nos sobran unos quilos. Sólo eso. Sin juicios de valor, sin no tendría que haber llegado a este punto, sin yo es que prefiero no saber cuánto peso. Me acepto, me perdono y cambio. Pero no me resigno. Resignarse sería conocer la realidad y no hacer nada para cambiarla en el caso de que no nos guste.

La primera pregunta que tenemos que hacernos es: ¿dónde estoy?
La segunda: ¿dónde quiero estar?
Y la última: ¿qué puedo hacer para pasar de donde estoy a donde quiero estar?



¿Qué hago para pasar de dónde estoy a dónde quiero estar?

1.- Establece un objetivo realista, cuantificable siempre que sea posible.
Es decir, que nuestro objetivo no sea "estar más sana", sino, por ejemplo,  "comer cinco piezas de verdura al día y hacer ejercicio", o "ser rica", sino "trabajar en un año en esto que me he propuesto".
Es importante porque al tener objetivos tangibles nos será mucho más fácil saber si lo hemos alcanzado o no.

2.- Divídelo
Los objetivos solemos marcarlos muy a largo plazo por lo que terminan desmotivándonos. Divide tu objetivo en pequeños logros o en tiempos, así irás teniendo recompensas que te motivarán para conseguir tu objetivo final.

3. Encuentra estrategias
Tú te conoces mejor que nadie. Tú sabes qué cosas te funcionan y cómo funcionas. Busca, aprende y crea tus propias estrategias. Concibe el modo de llegar hasta tu objetivo, y llévalas a cabo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario