Procrastinación o "yo es que no tengo fuerza de voluntad"


Mi "yo futuro" está siempre enfadada con mi "yo presente" porque le dejo todas las tareas pendientes.
Nunca encuentro el momento de hacer algo que no sea inmediatamente imprescindible, un constante no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy pero al revés.

La fuerza de voluntad

Sólo la forma que tenemos de expresarlo ya nos sugiere que nos encontramos ante un "don", algo que eres o no y, como en casi todo lo que se refiere a la psicología, no es así. Más que fuerza de voluntad a mí me gusta hablar de autocontrol que no es más que la capacidad de no ceder a los deseos que van en contra de nuestros objetivos. Para tener más autocontrol, por lo tanto, lo primero y más importante es tener claros los objetivos. Proponerse un objetivo realista, cuantificable y en un determinado tiempo es la mejor forma de hacerlo. Una vez lo tengamos formulado es cuestión de seguir unas estrategias:

- Visualízate llegando a la meta. Fantasear sobre cómo te sentirás es una forma muy potente de motivarte. Al establecer objetivos a largo plazo, las satisfacciones inmediatas pueden resultarnos tentadoras (el placer está aquí, no tienes que esperar) Por lo tanto, imaginar cómo te sentirás una vez hayas conseguido lo que te proponías puede ser una forma de encontrar placer en el presente.

- Actúa como si te estuvieran mirando. Hay actos tan nimios y poco placenteros que cuesta mucho hacerlos. Así que imagina que fueses observada todo el día por alguien que te importa. Añádeles un componente de humor. Este recurso lo uso mucho para mantener la casa limpia, que es para mí importante pero que me cuesta mucho trabajo hacer.

- Encuentra motivos. La gente que no somos muy de largo plazo necesitamos motivación inmediata. Esto es bastante difícil para cosas que per se no la tienen. Encontrar un por qué es la mejor forma de que la satisfacción que te produzca gane a la procrastinación. Por ejemplo, dona el dinero que te costaría tu paquete de tabaco o apúntate al gimnasio al que va a esa amiga que te hace reír y que nunca tienes tiempo para ver. Disfruta del proceso.

- Divide el objetivo final en pequeñas metas asumibles. Crecerá la motivación al ver que vas consiguiéndolo.

- No te excuses. El cerebro, ese aliado un poco tonto que tenemos, no quiere sentir estrés. Ante la idea de comenzar una tarea, los niveles suben, por lo que el cerebro tiende a buscar "razones" para no hacerla y por lo tanto rebajar la ansiedad. Es un poco complicado sin tener el entrenamiento adecuado pero saber distinguir excusas reales de las que nos ponemos para no hacer algo es la mejor forma de no dejarte engañar y poder centrarte en la tarea.

- El momento perfecto no existe. No esperes que todos los astros se alineen para comenzar, nunca vas a encontrar el momento idóneo para dejar de fumar, adelgazar, estudiar oposiciones. Usa tu impulsividad para empezar hoy.

Tener más autocontrol es un entrenamiento que, como un músculo, podemos ir desarrollando, y, que cuanto más usemos, más mejoraremos. ¡No lo dejes para mañana!


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