6.- Medita. O simplemente respira.


La meditación, una práctica ampliamente usada en Oriente durante milenios, ha irrumpido en Occidente en las últimas décadas, pues se ha demostrado que es una herramienta eficaz para rebajar la ansiedad y sentir un mayor bienestar. 

                                            Mindfulness

Mindfulness es el concepto que usa la psicología para abarcar todas estas técnicas desde una perspectiva terapéutica, sin la carga religiosa y espiritual. Al final, lo que extraemos de estas prácticas es el control de las emociones y los pensamientos, por un lado, y por otro la vivencia en el aquí y ahora. Entrenar para poder ser más conscientes del presente, sin que el chorro de pensamientos nos lleven al pasado o al futuro es lo que nos hace poder ser más felices.
Hay múltiples estudios con técnicas de neuroimagen que apoyan el hecho de que las personas entrenadas durante años en meditación tienen cerebros "distintos" a niveles funcionales e incluso estructurales.

¿Cómo aprendo a meditar? 

Meditar, en contra de lo que suele creerse no es un acto pasivo, sino activo. En un principio es muy difícil conseguir "parar" el pensamiento, por eso, quizá lo mejor las primeras veces es convertirte en espectadora de esos pensamientos. Ser consciente de qué estás pensando y poder escucharlos con perspectiva. Esto es una guía muy muy simple, que puede ayudarte al principio, para saber más yo os recomiendo "Meditación para principiantes" de Jack Kornfield.

Guía de meditación

1.- Ponte en un lugar cómodo, con el menor ruido posible. Lo importante es que sea un lugar donde sepas que no pueden molestarte.
2.- Tener la espalada recta es lo ideal para que la respiración fluya sin obstáculos, pero en un principio podemos estar en un sillón cómodo e incluso en la cama.
3.- Cierra los ojos.
4.- Concéntrate en la respiración. Intenta fijarte de la forma más plena que seas capaz en cómo respiras, cómo pasa el aire por tu garganta, tráquea y pulmones, y cómo vuelve a salir. Despacio.
5.- Cuando algún pensamiento te moleste obsérvalo como simple espectadora. Y después déjalo pasar. Vuelve a concentrarte en la respiración.


Lo ideal es estar unos diez minutos, pero cada persona es un mundo, así que si te encuentras cómoda más o menos tiempo, genial. Lo importante es saber qué es lo que funciona para ti.

Respira

Exceptuando mientras dormimos, las personas adultas respiramos de forma superficial casi todo el tiempo. Esto provoca que llegue menos oxígeno a los pulmones y que el dióxido de carbono no sea del todo desechado. Se ha descubierto que un cerebro al que llega demasiado CO2 es más propenso a tener ataques de pánico, (para saber más haz clik aquí), por lo que respirar de forma eficiente reduce la sintomatología de la ansiedad. Si la meditación no es para ti, aprende a respirar de forma que seas capaz de expulsar toooodo el aire de los pulmones y vuelvas a llenarlo con aire limpio. Despacio. Para llenar de nuevo de oxígeno el cerebro y funcione mejor.

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