Yo VS Mi idea de mí


Haber aprendido a flexibilizar mi autoconcepto es, quizá, una de las cosas que más me ha acercado a la felicidad. Saber que no SIEMPRE tengo que ser como creo que tengo que ser y eso no significa que deje de serlo... ¿demasiado lío? Lo explico:

Autoconcepto

Es lo que tú piensas de ti.
Sin más.

La Psicología tiene varias teorías para explicar cómo y por qué se forma pero no es lo que más me interesa, lo importante es que sepamos que tenemos una opinión de nosotras mismas y sentimos la necesidad de ser permanentemente coherentes con la misma.

Ejemplo:

Yo me considero buena hija.

Ser buena hija implica un montón de ideas que yo tengo respecto a lo que creo que es ser buena hija: hacer caso de lo que me digan, visitar a mi familia los jueves y tener una vida ordenada de la puedan sentirse orgullosos, por ejemplo.

Imaginad que un jueves una amiga me dice de ir a comer y nos líamos de cervezas y no puedo ir a casa de mis padres a hacer la visita que hago siempre.

Mi idea de buena hija y mi comportamiento no han sido coherentes por lo tanto entramos en lo que se llama disonancia cognitiva (yo uso ésto como la regla de tres en matemáticas, para todo)
Como el cerebro no permite estar en contradicción tenemos 2 opciones:

- Minimizamos el comportamiento para que siga acorde con lo que pensamos de nosotras.
 "Por una vez no pasa nada" "Ir los jueves tampoco es tan importante" "Conozco mucha gente que no visita a sus padres todas las semanas y no son malos hijos"

- Cambiamos la opinión que tenemos de nosotras mismas.
"Si no he ido hoy, significan que no me importan y por lo tanto no soy buena hija"

Lógicamente la opción primera es mucho más adaptativa que la segunda, pero, más de lo que imaginamos, nos comportamos de la segunda manera ¿por qué? Porque no somos flexibles con nuestra opinión del yo.
Si soy inteligente NUNCA puedo comportarme de forma absurda, si soy simpática no puedo tener un día antipático, si soy activa no puedo quedarme un sábado en casa bajo ningún concepto y así infinitamente. Y lo cierto es que el ser humano más que una etiqueta es un continuo en el que vamos de un extremo a otro según sea la necesidad. Es cierto que tendemos a ciertos comportamientos, y está bien conocerse y ser capaz de definirse, pero no de manera absoluta y rígida porque la vida no lo es.
En ciertos momentos vitales la propia vida nos obliga a comportarnos de forma incoherente con nuestra idea del yo. Ésto genera mucha ansiedad si no somos conscientes que por un lado, no es inteligente ser siempre de la misma manera y por otro, que un tiempo determinado no te define.

Recuerda:
Un comportamiento no cambia lo que eres. Acepta tu multidimensionalidad. 
Y es que...

Eres inmensa. Contienes multitudes.
(Walt Withman)

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