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¿Cómo afrontas la adversidad?




Una hija hablaba con su padre y se quejaba de la vida, lamentándose de que las cosas no le salían bien.

No sabía qué hacer para seguir adelante. Se sentía sin fuerzas y a punto de rendirse.
Estaba cansada y harta de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado.
Cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro. Ya no podía más.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las puso sobre el fuego. Cuando el agua de las tres ollas empezó a hervir, puso en una zanahorias, en otra colocó huevos y en la última granos de café.

Las dejó hervir y se quedó mientras tanto en silencio. Simplemente se limitó a sonreír a su hija, mientras esperaba a que las tres ollas acabaran su proceso.

¿Me conozco?



Si te conoces sabes cuales son tus deseos, carácter, anhelos, metas vitales, emociones... que a última instancia son el impulso que te mueven para que actúes como actúas.
 Si te conoces sabes qué te gusta o disgusta y eres capaz de encontrar el punto exacto en el que se dispara una emoción, estableces el vínculo entre tus sentimientos y lo que piensas, haces o dices.
 Si te conoces puedes gestionar esa emoción y llevarla hacia donde quieres, hacia el sitio más idóneo para conseguir tus metas.
Si te conoces sabes reconocer el efecto que tus emociones tienen sobre tí mism@ y en cómo haces las cosas.
Si te conoces es más fácil conocer a los demás y a su vez, manejar sus emociones de una forma efectiva.
Si te conoces es más fácil que aprendas de la experiencia ya que entiendes qué puntos son los fallados.
Si te conoces puedes afrontar con confianza las opiniones de los demás y aceptarlas o desecharlas según consideres.
Si te conoces tienes un juicio realista respecto a tus debilidades y fortalezas y a partir de ahí, cambiarlo si quieres.
Si te conoces es más fácil que te aceptes. Si te aceptas es probable que te respetes pues entiendes que haces las cosas de la mejor manera que sabes. Si te respetas te ganas a ti y eso nada ni nadie te lo puede arrebatar.


“La clave para gestionar a otros de manera efectiva es manejarse uno mismo primero. Cuanto más conoces de ti mismo, más puedes relacionarte con los demás, desde una posición de confianza, seguridad en uno mismo y fortaleza” - Weisinger.







"Es que yo no tengo fuerza de voluntad"


Definimos la "fuerza de voluntad" como un rasgo de carácter, como algo con lo que nacemos, o no, como un "don" que nos es dado. Y esto no es del todo así. Ser capaz de ser perseverante para conseguir un objetivo depende de muchos elementos: la motivación, el hábito, la importancia que en tu vida tenga lo que quieras conseguir, las recompensas... Está claro que el esfuerzo será mayor cuanto más importante sea el objetivo para ti.
Un concepto muy importante en todo este tema es el de recompensa. La recompensa toma fuerza cuanto más cercana en el tiempo esté. Pongamos un ejemplo. Nos hemos propuesto adelgazar 5 kilos para ir a una boda que tenemos dentro de 2 meses. Este objetivo es muy importante para mí. Si el lunes me dicen que si el viernes me comeré un pastel tomando café, seguramente diré no, porque quiero perder esos kilos para ponerme el vestido que me gusta (recompensa muy grande para mí) Pero si el viernes me encuentro con el pastel delante, la recompensa es inmediata (el sabor, las ganas de comérmelo) por lo que la potencia de la recompensa se multiplica, pudiendo ser en ese momento incluso más importante que el objetivo que me había marcado. El ser humano es así, tiende a la gratificación inmediata, esto explica el mantenimiento de hábitos nocivos para la salud. Por eso lo que podemos hacer es tener siempre presente la meta principal en nuestra mente. Ante las ganas del pastel, visualizarnos con el vestido puesto en la boda, y decirnos "mira que bien vas a estar" y cosas así.
Los pasos que debemos tener en cuenta antes de establecernos un objetivo son:
- Plantearnos una meta a largo plazo.
- Dividir esta meta en submetas a corto plazo. Estas submetas deben se concretas y realistas. (Es decir, no hay que ponerse metas "abstractas" como "estudiar todos los días", o "no ponerme nervioso/a", sino "voy a estudiar tales días una hora esta asignatura", o "voy a aprender técnicas de relajación". Metas que se puedan cuantificar)
- Desarrollar estrategias eficaces.
- Recibir retroalimentación de uno mismo o de los demás. Es muy importante que nos demos cuenta si lo estamos haciendo o no bien. Es complicado para algunas personas poder darse ellos mismos esta retroalimentación, por eso la gente prefiere estudiar en academias que en casa, ir al gimnasio en lugar de hacer deporte por su cuenta, etc...
- Otorgarnos refuerzos y castigos. Premiarnos si lo hacemos bien, castigarnos si no es así.
Y sobre todo: visualizar. Visualizar las consecuencias que en tu vida tendrá realizar el objetivo. Visualízate con todo detalle posible consiguiendo el objetivo: como estarás, la satisfacción, lo que te dirán los demás...
¡¡Mucha suerte!!

¿Eres inteligente emocionalmente?

¿Eres capaz de...

- Ser consciente de tus propias emociones, entender cómo nos afectan y conocer cuáles son nuestros puntos débiles y los fuertes?
- Comprender que nuestras emociones influyen en los y las demás y de qué manera?
- Expresarlas de una manera adecuada?
- Regularlas y dirigirlas para que puedan serte útiles en los momentos adecuados?
- Entender e interpretar las emociones de quienes te rodean?
- Ser comprensivo/a con las mismas?
- Manejarlas de una manera exitosa delante de quien quieras?

¿Se cura el mal de amores?


No es el mal de amores una dolencia moderna. Avicena (s. XI) en su Canon de Medicina sitúa el amor dentro de los trastornonos mentales junto a la somnolencia, insomnio, hidrofobia y melancolía... Pero el afán reducionista de los últimos siglos ha relegado al amor a temática de artistas, privándonos de un entendimiento intelectual del mismo. Por lo tanto nadie nos enseña a amar, ni mucho menos a dejar de amar. Sólo tenemos a nuestra disposición canciones, poemas, obras literarias, películas,  que en muchas ocasiones no son las más adecuadas como ejemplo de comportamiento tras un fracaso amoroso.
Bajo mi punto de vista, lo primero que tenemos que entender es que debemos pasar un proceso de duelo. Hay que sentir tristeza, es lo natural. La tristeza es una emoción útil (como todas) Nos proporciona momentos de quietud en los que reorganizar nuestra vida y nuestros pensamientos. Hay que entender que todo el espacio (y el tiempo, y los pensamientos, y las emociones) que ocupaba el "ser amado" ahora está vacío... así que hay que llenarlo con otras ocupaciones. Esto nos lo permite la tristeza. El problema aparece cuando la tristeza se alarga en el tiempo o forma parte de nuestra vida de tal manera, que nos impide realizar otras cosas, esto es, la tristeza patológica. Se produce por muchas causas. Algunas de ellas pueden ser: creencias erróneas sobre el amor, falta de autoestima, abandono de cosas importantes para uno mismo en favor de la pareja, altas expectativas, pérdida de redes sociales...
Yo soy de la opinión que nos deberían enseñar a amar (y de paso a desamar) como parte de la vida que es, que no nos pillara de forma imprevista. Porque las emociones no son menos importantes por el hecho de que no sepamos científicamente a qué se deben. Porque forman parte de nuestra cotidianeidad mucho más que las integrales, la clasificación de las nubes, y las características de la generación del '27 y eso, eso sí nos lo enseñan.