"Lo urgente
no deja tiempo para lo importante"
Nuestra vida está llena de pequeños fuegos cotidianos que tenemos que ir apagando. Corremos de un sitio a otro y gastamos gran cantidad de tiempo y energía en mil cosas, que, si aprendemos a mirar con perspectiva, no son esenciales.
¿Qué es lo que verdaderamente importa?
¿Qué recuerdos quieres tener? ¡Actúa para conseguirlos! |
Hay un ejercicio en psicología que puede darte algunas pistas:
La mecedora
Cierra los ojos y respira profundamente.
Imagínate en una mecedora el día que cumples 100 años.
Imagina dónde está esa mecedora, en qué casa, dónde está ubicada, cómo es...
Mira a tu alrededor y fantasea con quién estarás celebrando tu cumpleaños. ¿Mucha familia? ¿Gente reconocida? ¿Amistades? Mira cada uno de los rostros y piensa de qué los conoces.
¿Sobre qué es la fiesta? ¿Sobre los méritos profesionales? ¿Familiar? ¿Qué están diciendo sobre ti?
Ahora da una vuelta por el lugar en el que te encuentras. Tu casa. ¿Qué hay? ¿Tienes fotos? ¿Sobre qué? ¿Qué recuerdos decoran las paredes? ¿Cuadros famosos? ¿Souvenirs de viajes? ¿Pinturas de criaturas?
Es el momento de observarte a ti. ¿Cómo estás? ¿Cómo te encuentras de salud? ¿Cómo piensas?
Lo que quieras recordar cuando tengas 100 años es lo que importa.
Todo lo demás, es ruido.
USA PROTECTOR SOLAR
Es el momento de observarte a ti. ¿Cómo estás? ¿Cómo te encuentras de salud? ¿Cómo piensas?
Lo que quieras recordar cuando tengas 100 años es lo que importa.
Todo lo demás, es ruido.
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Aléjate de la catastrofización
Catastrofizar es, como la psicología no cuenta, una distorsión cognitiva que se basa en dar mucha importancia a acontecimientos que, objetivamente, no la tienen. Ésto que así explicado parece una pamplina, lo hacemos mucho más de lo que piensas.
Por ejemplo:
Llegas tarde a una cita importante. En un momento dado se te caga un pájaro en la manga de la chaqueta. Los pensamientos que se te pasan por la cabeza son del tipo: todo me tiene que pasar a mí, es que es lo peor que me podía ocurrir, precisamente hoy, tengo muy mala suerte y un largo etcétera que todo el mundo hemos recorrido alguna vez.
Aprender a poner las cosas en perspectiva es muy importante para la forma en la que nos tomamos lo que nos ocurre.
De 1 a 10: ¿cuánto de malo es que se me haya cagado una paloma en la manga?
Pues probablemente sea un incordio, una molestia, pero no pasará del 1. En cambio, si lo posiciono en un 7 u 8 se convertirá en un problema capaz de amargarme todo el día.
¿Esto significa que no me puedo enfadar porque lo que me ha pasado no es tan grave como un terremoto en el que he perdido todo lo que tengo?
Ni mucho menos.
Enfádate lo que quieras. Sólo que siendo consciente de que te enfadas por algo que no es una catástrofe. No es muy probable que seas feliz si cualquier pequeñez te provoca emociones como si de grandes acontecimientos se trataran.
Así que ya sabes... Importa aquello que tú consideras que es importante. Aprender a valorar los acontecimientos en su justa medida hará que tu respuesta sea adecuada a la intensidad. De esta manera no te cansarás con nimiedades y podrás enfocarte en lo esencial.
Por ejemplo:
Llegas tarde a una cita importante. En un momento dado se te caga un pájaro en la manga de la chaqueta. Los pensamientos que se te pasan por la cabeza son del tipo: todo me tiene que pasar a mí, es que es lo peor que me podía ocurrir, precisamente hoy, tengo muy mala suerte y un largo etcétera que todo el mundo hemos recorrido alguna vez.
Aprender a poner las cosas en perspectiva es muy importante para la forma en la que nos tomamos lo que nos ocurre.
De 1 a 10: ¿cuánto de malo es que se me haya cagado una paloma en la manga?
Pues probablemente sea un incordio, una molestia, pero no pasará del 1. En cambio, si lo posiciono en un 7 u 8 se convertirá en un problema capaz de amargarme todo el día.
¿Esto significa que no me puedo enfadar porque lo que me ha pasado no es tan grave como un terremoto en el que he perdido todo lo que tengo?
Ni mucho menos.
Enfádate lo que quieras. Sólo que siendo consciente de que te enfadas por algo que no es una catástrofe. No es muy probable que seas feliz si cualquier pequeñez te provoca emociones como si de grandes acontecimientos se trataran.
Así que ya sabes... Importa aquello que tú consideras que es importante. Aprender a valorar los acontecimientos en su justa medida hará que tu respuesta sea adecuada a la intensidad. De esta manera no te cansarás con nimiedades y podrás enfocarte en lo esencial.
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