Imagino que a quien sea terriblemente bello no le ocurrirá, pero a las personas del montón, a las de ni fu ni fa, nos varía el autoconcepto de belleza como si de un columpio se tratase... Unos días te ves como un troll, otros días con el guapo subido... pero ¿por qué?
Por qué unos días me siento guapa y otros horrible
Estás lavándote los dientes antes de irte a trabajar, te miras al espejo y ¡horror! ¿quién es esa del espejo y por qué me odia? Al día siguiente (o incluso al cabo de unas horas) esa misma chica te sorprende desde el reflejo de un escaparate, pero es una chica guapa, a gusto consigo misma. Y es que la percepción de la belleza es, aunque con matices objetivos, principalmente subjetiva, más aún si hablamos de la propia, en la que confluyen hechos y pensamientos, comportamientos, comparaciones y hormonas.
Hay días que una se levanta con la cara hinchada, ojeras de mapache y el pelo loco, esto es así, nada que no pueda solucionarse (si es que te apetece) con un café y algo más de tiempo en chapa y pintura. De lo que hablo es de los días que después de haberte vestido, peinado y maquillado (si es el caso) como haces siempre, te ves fea en el espejo.
Suele deberse a varias razones:
Hormonas: el cómputo hormonal varía según el momento. No sólo ocurre con las mujeres, también en los hombres aunque sea menos conocido. Las hormonas tienen el poder de influir en nuestra química cerebral por lo que la percepción que hagamos de nosotras mismas se verá alterada según "mande" una u otra.
Comparación social: está demostrado que verse expuesto a personas muy bellas genera sensación de fealdad en uno. Obvio, ¿no?, el problema actual es que ahora la comparación se puede hacer desde nuestras casas, a través de la televisión, revistas y, efectivamente, las redes sociales. Nunca hay que olvidar que una red social es el escaparate que el otro usa para enseñarse, así que no compares tu vida con lo que alguien muestra en una red social. Compara tu red social si acaso ¿a qué no hay tanta diferencia?
Antecedentes: probablemente no te verás igual después de haber perdido en una competición que la mañana después de haber recibido un premio... Como ya hemos comentado, la autopercepción, más que en la realidad, se basa en creencias previas, en sesgos sobre nosotras mismas. Cuando una se siente bien consigo misma, probablemente se percibirá mejor.
¿Podemos dejar de sentirnos así?
Probablemente no, aunque sí podemos mitigar los efectos que esta percepción provoca en nuestra vida:
- Sitúa la belleza en un lugar razonable de tu escala de valores. La belleza, aún siendo una cualidad muy aceptada en nuestra sociedad no es realmente "vital", vaya, que no te mueres por ser feo, ni dejas de comer, ni te deja de querer tu familia, ni tienes más probabilidad de morir en un accidente. La belleza puede ser deseable pero jamás dejes de hacer algo por no sentirte adecuado.
- Sé realista. No todo el mundo es Angelina Jolie ni el moreno ese que salía en "El Príncipe" aunque quisiéramos. Eres quien eres. Eres como eres. Amargarte o no aceptar la realidad no va a cambiarla. Céntrate en lo que puedes hacer para potenciar tus puntos fuertes.
- Cuídate. Tengo una amiga que cenaba lechuga y se hacía un masaje con crema reductora y se percibía como más delgada. Ella se reía sabiendo que no era posible, pero "se veía" mejor. A lo que voy es que nos sentimos mejor si invertimos algún tiempo en cuidarnos. Después de una ducha, de un partido de tenis o cuando te haces las cejas te ves de una forma más positiva. El autocuidado es imprescindible para tener un buen autoconcepto.
- Esto también pasará. Los días malos, pasan, las hormonas se equilibran, esta noche dormirás mejor... Los momentos en los que te percibas francamente mal convéncete (porque es verdad) que no vas a sentirte así el resto de tu vida, como no siempre sientes que estás increíble. Esto también pasará.
Ya lo verás.