Últimamente me acuerdo mucho de este cuento que una vez me contaron:
Un hombre rico, para divertirse, le entregó una canasta con basura a otro hombre que pedía en la calle. El hombre, al recibirla, sonrió y corrió con la canasta, la vacío, la lavó, la llenó de flores y se la dio de regreso.
El hombre rico se asombró y le preguntó:
- ¿Por qué me han dado flores, si yo le di basura?
El hombre pobre le contestó:
- Porque uno sólo puede dar aquello que tiene.
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