Barça- Villanovense


Jugador del Villanovense flipando en el Camp Nou
El Villanovense es un modesto equipo de fútbol extremeño de 2ªB que se clasificó en 2015 para la Copa del Rey. En el sorteo le tocó como contrincante el Barça. Ellos locos de contentos: sería su oportunidad de jugar contra sus ídolos... ¡y de pisar el Camp Nou! Yo, más por extremeña que por forofa, y como amante de historias de davides contra goliats, seguí muy de cerca el asunto. Había mucho que ganar y poco perder. Todo era ilusión y expectativas. Y la sensación de haber ganado ya de alguna manera.
En el Barcelona, en cambio, se vivía la situación inversa. Evidentemente el Villanovense no era rival para él por lo que con toda seguridad ganarían. Pero, me preguntaba, ¿y si perdían?

Mucho que perder, poco que ganar

Seguro que en alguna ocasión te han hecho una analítica de sangre. Por norma general, esos resultados son satisfactorios y te vas a tu casa como has venido. En cambio, cuando no lo son, las emociones negativas se disparan. ¿Por qué no somos capaces de alegrarnos con la misma intensidad cuando nos pasan cosas buenas? Probablemente porque , al darlas por hechas, no las tenemos ubicadas en el polo de "acontecimientos positivos" sino en el de neutros. Estar bien de salud, tener techo y comida, que nuestra familia está viva... son consideradas por nuestro cerebro como neutras (cuando, evidentemente, no lo son) por lo que nos cuesta más trabajo sentir una intensidad emocional paralela a la que sentiríamos si no lo tuviésemos.
Teóricamente tendríamos que sentir la misma intensidad emocional ante la salud que en la enfermedad, pero cognitivamente la colocamos en una zona neutra del espectro por lo que estar saludable no nos da ni frío ni calor.

Es decir, imaginad que pierde el Barça contra el Villanovense: los comentarios serían muy negativos, se buscarían culpables, se querrían depurar responsabilidades... La derrota sería un fracaso mayúsculo. La victoria, en cambio, fue un mero trámite y no produjo ni siquiera satisfacción. 

Hay personas que tras haber superado un cáncer (o cualquier otra tragedia) dicen que es lo mejor que les podía haber pasado. La gente se echa las manos a la cabeza y piensan que es positivismo ingenuo. Yo, además de respetar qué hace feliz a cada cual de cada cual, pienso que probablemente al tener un cáncer todo aquello que consideraba "neutro" ahora lo ha colocado en el punto más positivo del continuo: lo que daba por seguro dejó de serlo y su intensidad emocional positiva es congruente con todo lo bueno que siempre tuvo y ahora valora. 

Estoy escribiendo sobre esto porque me ha costado mucho tiempo entenderlo. Yo misma me he cachondeado de los Mr Wonderful y he ironizado sobre eso de alegrarse por las pequeñas cosas... pero, en algún momento me di cuenta que no podía esperar a los grandes acontecimientos para ser feliz, básicamente porque en una vida normal (como es el caso) ocurre en contadas ocasiones.
Iba de Barça por la vida amargándome por no haber ganado la Champion y en realidad soy un Villanovense, y oye, a mucha honra.



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