La gente que no somos nativas digitales flipamos con esta juventud siempre enganchada al móvil, haciendo fotos de todo lo que ocurre, exponiendo su vida sin ton ni son. No entendemos por qué y a veces caemos en lo que absolutamente todas las generaciones caen: pensar que lo nuestro era lo bueno y quedóndevamosallegardiosmío. Evidentemente el abuso y el uso inadecuado de la tecnología conlleva problemas muy graves, por lo que hay que educar en valores y poner límites, una tarea complicada ya que las redes sociales tienen a su favor un potente aliado: el sistema de recompensas.
Todo el día con el móvil, todo el día con el móvil
Hay muchos motivos por los que la gente está todo el día mirando el móvil: necesidad de conexión, inmediatez, sentido de pertenencia, aburrimiento... Pero sobre todo, lo hacen hacemos porque cada like, cada comentario, cada nuevo seguidor, dispara una pequeña descarga de dopamina a nuestro sistema de recompensas. El sistema de recompensas es, para que nos entendamos, el circuito cerebral que dice:
- Ummmm esto me gusta, ¡vamos a repetirlo!
El que espera la gratificación inmediata, el del placer, el que tiene la culpa de que te comas otro trozo de tarta aun estando a dieta.
Responde a las necesidades más primarias: comida, sed, sexo, seguridad o aceptación (por ejemplo). Si yo confundo lo que publico en una red social, con todo lo que yo soy, cada vez que haya un "me gusta" sentiré aceptación, amor, más dopamina en mi cerebro y por lo tanto, reforzaré la conducta para hacerlo más veces. Es decir:
Publico una foto------ tengo 100 likes------- me siento aceptada --------> repetiré la conducta.
No hay que olvidar que es el mismo centro que responde a la cocaína.
El problema está cuando no recibimos toda la atención que pretendemos por lo que sentimos "mono" o cuando cada vez queremos más y más. En un cerebro adolescente puede llevar a la tristeza, a la falta de autoestima o a la búsqueda de publicaciones que sean más populares.
¿Qué podemos hacer entonces ante la fuerza que pueden llegar a tener las redes sociales?
- Busca otros sistemas de recompensas.
- Sé consciente que las publicaciones más populares no son las que tienen más calidad. Alinéate con tus valores. No todo vale.
- Entiende que tú no eres lo que publicas. No eres una foto, por lo tanto que guste o no no implica que tú entera gustes o dejes de gustar.
Banksy retratatando la realidad |
- Piensa a largo plazo. La lucha constante entre la gratificación inmediata y nuestros objetivos a medio- largo plazo siempre está ahí. Por lo tanto, si estar pendiente de las redes sociales te quita tiempo para dedicarlo a tus metas, refuerza más tus objetivos vitales.
No busco demonizar bajo ningún concepto las redes sociales y todas las oportunidades que éstas nos dan, sólo hacer entender que nuestra autoestima no puede ir ligada al refuerzo externo (fácil decirlo, difícil hacerlo). Todo el mundo entiende que no puede comerse un donette cada 10 minutos, por mucho que le apetezca, por mucha recompensa inmediata que te genere.
Pues con el Instagram igual.
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