Ser feliz sin vacaciones


Dicen los estudios que las personas con vacaciones son más felices que las que no las tienen pero que los niveles se equiparan rápidamente una vez las primeras vuelven al trabajo... pero ¿por qué la gente es más feliz en vacaciones?

Vacaciones y felicidad

Las vacaciones suelen ser periodos más felices porque sentimos que tenemos opciones y no obligaciones. Los horarios son más relajados y, aunque digan que no, poner tierra de por medio ayuda a desestresarnos. Conocer otras culturas, tener tiempo para estar con la familia y/o amistades y salir de la rutina son también algunas de las causas que influyen en nuestro bienestar en esta época. 
Si tu caso (como el mío) es que no tienes vacaciones (o que no puedes viajar) no tienes por qué perderte ese trocito de felicidad ya que podemos adoptar (en la medida de lo posible) esos factores que sabemos que aumentan nuestra sensación de felicidad.

1) Disponte a ser feliz. A ver, que parece una chorrada, pero la gente cuando sale de vacaciones ya va con la idea de que va a estar bien. Sabemos que la felicidad es más una disposición que una circunstancia, así que partamos de una buena base. Será imposible disfrutar si todo el día estás pensando en "vaya mierda me toca ir a currar"

2) Flexibiliza. Intenta que tus horarios sean lo más relajados posible. Si no puede ser en el trabajo, que sea fuera de él. Échate una siesta o ve al cine entre semana. 

3) Sal de la rutina. Consulta la agenda de tu pueblo o ciudad, seguro que te queda muchísimo por conocer. Desayuna en un bar distinto. Habla con gente con la que no suelas hablar.

Re-descubre tu pueblo o ciudad.
Seguro que hay mucho que desconoces.
4) Comparte tiempo con la gente. Aprovecha que todo el mundo está de vacaciones para ver a quien no puedes ver el resto del año: podrán adaptarse mejor a tus horarios.
5) Desconecta. Aprende a apagar el móvil cuando salgas del trabajo. Así, además, no estarás pendiente de las redes sociales y no harás algo que nunca hay que hacer (pero más en esta época): compararse.

6) Planea cosas divertidas. Seguro que tienes algún día libre. Planea ir al río, o ver un maratón de pelis con un amigo, o ir al teatro con tu hija... A veces, la antesala de la felicidad es lo más importante.

7) Aprovecha lo que tienes en lugar de centrarte en que no estás de vacaciones. Disfruta de que no hay atascos, pon una mesa en la terraza que tienes inservible o invítate a la piscina de tu amiga. Eres libre de estar de mal humor todo el día (faltaría más), pero te aseguro que no sirve para nada y sólo pierdes tú.

Las vacaciones están bien, son necesarias e incluso saludables (si se usan adecuadamente, pero eso es otro tema) lo que no es muy aconsejable es pasarnos todo el año esperando a que lleguen. Traer hasta tu cotidianidad algo de vacaciones o los factores que hacen que sean deseables puede que nos haga disfrutar más del día a día y no invertir todas nuestras expectativas en un mes (con suerte) al año.

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