El miedo cuando no sabemos que es miedo


Vale, hasta aquí más o menos bien, más o menos de acuerdo... El problema viene cuando no sabemos si es miedo eso que tenemos. El miedo es una emoción tan chunga que en muchos casos se esconde detrás de otras para no admitirnos que lo que nos pasa es que tememos hacer algo.

Un ejemplo:

Quiero conocer Kazajistán pero nadie quiere venir conmigo. Yo, una mujer independiente y moderna podría ir sola pero nunca encuentro el momento: ahora los billetes están muy caros, es el cumpleaños de mi sobrina, me apetece quedarme estos días libres en casa para poder descansar... y un sinfín de excusas con las que me convenzo que no es buena idea. No puedo admitirme que me da miedo ir sola así que me lío con pensamientos hasta el punto que lo que realmente siento queda invisibilizado.

Esto nos pasa mucho más de lo que pensáis, el miedo tiene mil maneras de inmovilizarnos y es muy complicado llegar a conocerse hasta el punto de entender qué es lo que se esconde tras nuestras decisiones. También hay que ser muy valiente para admitirse como miedosa en un mundo que ve ésto como una terrible cualidad. Por eso, ante lo que quieras hacer, pregúntate siempre ¿si no tuviera miedo qué haría? Y sé sincera contigo (que tampoco hace falta que los seas con quien te rodea) Y una vez te reconozcas que tienes miedo, hazlo con miedo. O no. Tampoco pasa nada.




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