Dice Sonja Lyubomirsky tras estar más de 20 años investigando científicamente la felicidad que el 50% de nuestra felicidad vienen determinada por nuestros genes. Ésto es, que tenemos cierta predisposición a ser más o menos felices, como tenemos predisposición para padecer diabetes o tener altas capacidades.
El 40% de nuestra felicidad depende de las decisiones que tomemos, es decir, que tiene que ver con nuestra personalidad, cómo nos enfrentamos al mundo o cómo nos relacionamos. Este punto es muy importante porque depende absolutamente de una misma y por lo tanto, suceptible de cambiarlo y entrenarlo. Creo que es un gran hallazgo saber que la felicidad se puede potenciar, que siguiendo ciertas pautas se puede ser más feliz. No digo que sea fácil, ya que nuestro cerebro, para sobrevivir a lo largo de la evolución, ha tenido que desarrollar las capacidades de juicio, cautela y peligro... Funcionamos así, por eso, no, no es fácil, pero es posible. Hay que trabajarlo como se trabaja el cuerpo, día a día, a lo largo de toda nuestra vida.
Aumentar este porcentaje es lo que vamos a tratar de hacer a partir de hoy mismo, a través de técnicas y conceptos científicamente validados. Hay muchas cosas que cambiar y muchos mitos que romper pero el resultado merece la pena. No hay nada que merezca más la pena.
Por último, el porcentaje que nos falta: sólo el 10% de nuestra felicidad viene determinada por nuestras circunstancias. Se ha demostrado que las personas, ante un golpe de suerte o una desgracia vuelve a los niveles previos de felicidad en unos 6 meses.
También que la sensación subjetiva reportada no tienen correlación con el dinero (una vez se tiene lo básico para vivir) Así que lo primero que tenemos que asimilar es que la felicidad no depende de lo que tengamos, o de lo que nos rodea. Tampoco es algo que se encuentre, de pronto, y por la tanto no debe ser una búsqueda, sino una construcción al alcance de todo el mundo si tiene los conocimientos adecuados. (Para empezar puedes visitar 21 tips para ser más feliz)
Y os dejo esta frase de Jim Carrey, para reflexionar. Espero que os sea útil.
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